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Bando de la Biblioteca Frida Kahlo en el Día del Libro Disidente 23 de abril de 2010

¿Os habéis fijado en que el logotipo de la Capitalidad Europea de la Cultura para Zaragoza 016 es un código de barras pero en colores? Eso es todo lo que representa la cultura para ellos y no tienen reparo en demostrarlo. Un pingüe negocio. Como lo fue la Expo 2008, como lo será Expo Paisajes 2014 o como lo serían los Juegos Olímpicos de Invierno 2022
de celebrarse.


Políticos y empresarios ponen la vista en los grandes eventos del futuro mientras se olvidan del presente y los pequeños logros cotidianos que alcanzamos entre todas y todos sin su patrocinio. Pretenden acelerar los procesos de crecimiento urbano a golpe de talonario e infraestructuras megalíticas amparándose en el ecologismo o la cultura. Se trata
de conceptos fácilmente vendibles con los que desarrollar proyectos que, de forma paradójica, o acaban convirtiéndose en una amenaza para el medio ambiente o acaban abusando de la cultura para imponer un modelo predefinido de la misma.


Con qué doble moral pretende ser Zaragoza capital europea de la cultura cuando hace apenas 3 años se intentaba instalar una base de la OTAN en un territorio que ya de por sí alberga presencia militar en un 40% de su suelo (por una cultura de la paz ayer, hoy y siempre); cómo pretende esta ciudad ser referente cultural cuando su Ayuntamiento limita la acción de la AVV Arrebato que lleva ofreciendo conciertos de música en directo durante 15 años (por una cultura digna y colectiva); o cómo pretende esta ciudad ser capital cultural cuando tiene la desvergüenza de autodenominarse libre y vanguardista en sus carteles promocionales y al mismo tiempo desaloja a los y las jóvenes que en el ejercicio de su propia iniciativa recuperan espacios y les dan un uso sociocultural para los barrios (por una cultura humana y libertaria); o por qué no recordar que las radios libres sigan en un limbo de alegalidad porque no les da la gana de reconocer su gran labor social (¡ahora, al menos, tenemos la palabra!).


En fin, qué se puede esperar de una ciudad que celebra el bicentenario de Los Sitios de 1808 ensalzando las heróicas virtudes mañas frente a las tropas francesas que traían consigo las ideas de la Ilustración y la Revolución. No. Zaragoza no se rinde ni ante palabras como Libertad, Igualdad y Legalidad. Y todo para qué. Para que 30 años después un ejército carlista, de corte antiliberal y absolutista, fuera rechazado un 5 de marzo por los mismos zaragozanos y zaragozanas que, esta vez, enarbolando las banderas de la Libertad, la Igualdad y la Legalidad decidieron que no querían ser lo mismo que defendieron en Los Sitios. Hoy en día Zaragoza recuerda y celebra ambos acontecimientos y pocos de sus habitantes se plantean cuestiones como esta.

Pero no importa, porque el pensamiento crítico no es cultura y ni mucho menos luce bien en la marca que esta ciudad se ha creado para su autopromoción. La Biblioteca Frida Kahlo quiere insistir en este tipo de cuestiones. Y es por eso que pretende contribuir a cambiar la percepción cultural de la ciudad de una forma crítica, activa y colectiva porque al fin y al cabo todo depende de lo que entiendas por cultura.